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domingo, 21 de octubre de 2018

SIN VOZ


Me niegas las palabras,

y yo lo acepto,

mis ojos buscan tus pistas,

como niños analfabetos.

 

Mi mundo está escrito,

en hojas impresas,

y se me hace difícil,

entender sin letras.

 

Intuyo que las palabras,

te hacen daño,

cuando no son diálogo,

ni protegen.

 

Leo en el otoño de tus ojos,

en el mapa abierto de tu cuerpo,

es tan bello,

que me conmueve profundamente.

 

Escucho tu voz querida,

de indescifrables notas,

sin sonido cierto,

es nueva música inventada.

 

En tus manos firmes,

lo cotidiano se torna perfecto,

los colores y las formas,

adquieren un alma y un sentido.
 
 

Como un templo edificado,

sobre ruinas de dolor,

aguardo inalterable,

a que traspases el umbral.

 

Entonces apoyo mi rostro,

en tu bondadoso pecho,

y llena de emoción,

escucho tu latido,

suena igual que el mar y el viento.

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