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domingo, 12 de agosto de 2018

PASION QUE REBOSA


Los huecos del alma,
los escarba la tristeza.
 
Encontraste tu sitio,
un resquicio apenas,
te colaste,
aunque yo no quería.
 
Un hueco hecho de rutina,
ahondado de indiferencia,
un pozo de desaires.
 
En mi interior,
escuché sonidos débiles,
señales de alerta,
en un territorio
que parecía yermo.
 
Empezó a llenarse,
incitado el cuerpo,
agudizados los sentidos,
Eros desperezado,
se convirtió,
en un vaso que rebosa
e inundó al resto,
mente, labios, mirada,
me indujeron a cantar,
las yemas de los dedos,
buscaban el roce,
la sonrisa estaba presta
y la lágrima ardiente.
 
El sol, la brisa, la calidez,
hicieron creer al pecho que estallaba,
con una intensidad abrumadora,
renaciendo al mundo,
recuperando la vida.
 
¡Tú, embelesas y acaparas
mi ánimo a deshoras!
Mi sangre fluye,
ahora con fuerza,
el deseo se rinde,
sin condiciones,
cede ya,
toda el alma interminable,
a ese latido,
a esa presencia,
evocada a ojos cerrados.
 
Has abarcado mi destino,
reduciendo mis fuerzas a la nada,
devorando mi calma rutinaria,
que aún no sabe,
presagiar los fríos.
 


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